He leído con interés la sentencia del tribunal supremo sobre la posibilidad de que se puedan cursar materias de 1º y de 2º de bachillerato. La verdad es que su lectura me confirma que no entiendo de jurisprudencia, porque me sorprenden demasiadas cosas como, por ejemplo, que los demandantes, la FERE, utilicen una Orden de 1956 (que, por cierto, es de rango inferior al decreto al que se refiere la sentencia) como un elemento clave de su argumentación jurídica, podemos denominar, argumento de tradición.