Los sueños
Cansados se retiran, de puro viejo, estos sentimientos; las manos bajas, huyendo, los ojos recortados por los truenos.
Allí quedaron, todos lo sabemos, el pobre, muerto; el rojo, muerto; la mujer, muerta; los dioses, muertos. Como postes quedaron, luces anegadas por las lágrimas de tantos desconsuelos. Allí quedaron, también, Nuestros sueños. |
Pero, ¡levanta! el mar responde, también el viento; mas los pies ajados de caminos, laberintos y vericuetos, anduvieron quietos muriéndose.
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