Nostalgia del tiempo.
Ayer quería pensar; hoy sigo queriéndolo; mas sólo agua brota del manantial de la nostalgia.
Agarrar quería el tiempo; hoy sigo queriéndolo; mas sólo el agua amarga empuja ciega las horas.
Un sonido, una nota, unas cuantas encienden la antorcha de los días que se fueron.
Un sonido, una nota, unas cuantas pulsan y tocan y desgranan los días remotos.
Por eso, sí, ayer y hoy, pensar quería, doblar la vida con los dedos, tocar el tiempo con la luna andar, deshilachados los pies, por sobre la herida de los cuerdos. |
Por eso, sí, agarrar quería el mundo, girarlo envuelto en las miradas de los lúcidos eternos, volver sobre mis pasos, mi espalda con la espalda de los días venideros.
Muertos, sí, pero llenos de nostalgias, de querencias y pasiones malheridas, cenicientas, por tantos años deshilvanadas.
Ayer y hoy y mañana, cada día que despierto, miro al norte y al sur de este territorio que es la vida y, sin quererlo, se me despiertan y se me mueren tantos y tantos sueños repartidos por los vientos, en esa noche oscura: es la ausencia, el hueco, insertados en la memoria de los que olvidan, así, sin quererlo.
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