Parto de una doble percepción del mundo. De un lado, nos enfrentamos a problemas derivados de una manera de enfrentarse al mundo natural desde (y) el mundo social que es característico de un modelo de desarrollo basado en el consumo y en la libre competencia. [...] De otro, la percepción de que la dinámica social planetaria es y ha sido esencialmente injusta. Dicho de otra manera, considero que hay un imperativo ético que nos obliga a una mirada moralmente comprometida, lo que se traduce en una necesidad de dar respuesta a las injusticias.